miércoles, 10 de noviembre de 2010

Pavesas: carta a ella. Día 3 de junio de 2006

Viernes 3 de Junio. 30 grados de máxima en Barcelona.

Il gèle dedans.

Ayer intenté creer que era miércoles, que todavía no te habías ido. Hoy me como el crédito. Hoy necesito saber que es viernes y vuelves en dos días.

Volvía del mar. Del mar que me había caído encima. "Es tan hermosa que no sé que hacer con ella". Me sonreíste. Sobre la mesa de hilo blanco. Frente a una copa de vino tinto. Envuelta por el mar. Yo tenía los pantalones untados de agua salada hasta las rodillas. Los pies fríos. No lo viste. Me sonreíste. Entre rodajas de alcachofa frita, dislates de charla y un cuenco de sopa fría. Sosa. Te miraba. Antes de tocarte. Antes de soñar tocarte. Antes de atreverme a soñar en tocarte. Mi cosmogonía. Mi sentido. Quise decírtelo entre alaridos, mi amor. Me sonreíste.

"Bonjour, çà va Jorge?
 Seguro que nuestra Val
 de amour está bien!!
 Besos y a los animales.
 Samia"

Bendita infiltración.

Toutit me ha clavado una uña. Esta mañana. Hasta poco más o menos la rótula. Sí, es verdad, exagero un poco (¿qué es estar vivo sino exagerar que se está vivo?). Creo que era para ver a través mío. Para ver si te veía.

Esta noche te quiero como nunca.

Mañana tengo intención de irme a Barcelona. El tiempo aquí empieza a ser estéril. Denso, muy denso. Avanza y vuelve sobre si mismo. Sin suceder. Sólo ocupando un espacio que le correspondería al aire.

Te buscaré en la memoria. Sabiéndote cerca. Entre cristales.

Hasta que regrese.

A ti. A mi hogar. Al país de mi alma.
Te echo de menos. Me echo de menos.
Sé mala.









Personajes de la instalación: "Valérie o la balada de los seres ululantes"