domingo, 26 de junio de 2011

En plató: "La política"

20 de Octubre de 2010, sentado en una silla y en compañía de Ferran Sáez y Antoni Gutiérrez Rubi. "Para todos la2" aunque centrados. TVE2

A la política le pasa eso; debe ser apolínea, ordenada, racional, sensata (eso es lo que le exigimos, que nos muestre la ficción de que las cosas son consecuentes, que las causas generan unos efectos, que las justificaciones son justas...) y es todo lo contrario; mentira, desorden, asimetría, irracionalidad... (y real como la realidad misma...) Un día yo escribí una novela, y le pasó igual; no era apolinea, lo cual, además de estúpido es imperdonable. Naturalmente nadie la publicó, gracias por vuestra lección.

Se contaba de un marido que al volver pronto del trabajo encontró a su mujer cohabitando carnalmente con otro. En un ataque de furor coje una escopeta de cañones recortados y "pum" "pum", le pega dos tiros al amante de su mujer. Ésta, ligeramente sorprndida le reprocha: "Manolo, hijo, ¡cómo te has puesto!...pues una cosa te voy a decir; como te tomes las cosas así te vas a quedar sin amigos en dos días".
Ese discurso es la política (una instrucción razonable para preservar el colectivo) y la mujer es un político (pues problematiza y promete)


Hay dos conceptos centrales que definen al político (al que, en buena o mala etimología, no es un "idiota"):
1. Problematizar: Determinar que una circunstancia social deviene “problemática” y por tanto “debe” ser sometida al orden político (desde traficar con esclavos a encender un cigarrillo)
2. Prometer: Concepto central en la política. El político es esencialmente un hombre que promete. RAE: Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo.

 La desafección (¿por qué no les damos crédito a los políticos?, pese a que cada vez nos interese más la política)
1. Dependencia corporaciones:
No son ya , criaturitas, “guionistas de la realidad” sino, en todo caso, los “ficcionadores de la realidad”, lo que la justifican y la preservan. Servidores de las corporaciones (estas sí guionizan) y gerentes y administradores subcontrados de sus intereses.
2. Prioridad partido sobre ideología, la libertad individual y el juicio crítico
Su elemento de protección, tras las corporaciones, es el partido. Éste es su sustento y su justificcación conceptual ("yo soy político, pues milito en tal partido") Sin el partido, como el sacerdote sin su iglesia, el político no existe. 

3. Ensimismamiento:
El político define la política. Esa es cada vez más su función, responde exclusivamente a la pregunta ¿Qué es la política? (no qué es lo razonable, lo más sensato, lo más conveniente…si no lo más político)

En la serie de humor inglesa "Yes minister", el secretario, verdadero hombre de estado, interpela una propuesta del ministro: "Señor, no estamos aquí para resolver cosas, sino para hacer política"

La profesionalización del político se inicia en el siglo V a. C. (antes del café) con el invento del pretendiente. 
La política deja de ser determinada por cuestiones divinas o de linaje y establece tres conceptos claves: Isonomia (igualdad de derecho) isegoría (igualdad de palabra) y parrhesia (hablar con franqueza), conceptos en lo que todos los ciudadanos se pueden sentir representados y autoproclamados pretendientes a ser políticos.Desde entonces se establece la necesidad de eliminar o filtrar al aspirante, creando un gremio, un club social, que acepta o deniega el acceso a los solicitantes.

Se contaba de un político en campaña, que en pleno éxtasis de inflamación retórica apuntilló lo siguiente: "El liberalismo es la explotación del hombre por el hombre y el socialismo es justo al revés"
¿Sentido común? Ad infinitum (aunque eso sí, poco apolineo)