miércoles, 22 de junio de 2011

Obra: "el balcón"

"El balcón"
50 x 50 x 15 cmts
2004
Colección F. Monis

2004. No más pliegues.
La metafísica del roce. Debo profundizar en la hipótesis hedonisto mística de la metafísica del roce. Una teoría que, sin duda, ésta sí, y no la del pliegue, me dará fama mundial. Un verdadero sistema teológico y ontológico que haga de nuestra existencia la acción placentera de contraer roces carnales, cuanto más y más variados mejor, liberado de las obligaciones al rendimiento tardo capitalista y de los adiestramientos mistico ascéticos. Sólo una obligación; amar sin construir nada. Ella aparece y se va, yo aparezco y me voy, nada se pudre porque no hay tiempo, ni razón, ni confrontación entre la llegada y la partida, en medio, el roce, y a través de él la visión esférica de la trama de la vida.
¿Es posible?, se me dirá, ¿congeniar la metafísica, esa arma de destrucción masiva que sólo se da en los estados de privación y tristeza, con el placer? Sí, responderé orgulloso, los breves estados de felicidad no interrumpirán la visión metafísica, muy al contrario serán ellos los que la procuren.
"¿Jorge, y todo eso porque te está poniendo cachondo la recepcionista del hotel?"
"Calle usted, doña Engracia, que de estas cosas de la metafísica, usted no entiende",
Formalmente, y para ilustrar en mis acciones vitales tal revelación tengo que volver a tratar las emociones, recuperar la "aisthesis" y hacer de mi obra, obras estéticas y no, como hasta ahora, acertijos sobreintelectualizados.
"Deberías comer más, Jorge..."
Amar sin construir (qué emocionante aspiración)
"Precisamente he hecho unas torrijas..."
El balcón, sirve para entrar y para salir, tras el roce.
"¿Con canela, doña Engracia?"
El balcón, la vagina del inmueble.