sábado, 5 de marzo de 2011

La obra: "Figuración inestable en equilibrio"

"Figuración inestable en equilibrio"
46 x 38 cmts
1993
Colección particular


1993. El pavimento está verde y empiezan a aparecer las moscas.

No recibo muchas visitas. Dejo caer saliva sobre una posada en mi pie, pero la esquiva castamente (tampoco ellas me besan) Son moscas grandes, Scathophagas de estercolero. Nunca he sido aficionado a la entomología (yo,como los griegos, no distingo por su nombre una mosca de una avispa) pero siento una curiosa inclinación por estas moscas come mierdas. Por su apareamiento, por sus pasiones tristes, por sus amores escatológicos, por la rapidez de sus roces, por su teleología (no hay moscas en el infierno; Dante al menos no las describio y Ovidio no se paró a mirarlas) Creo que ellas, si la felicidad no les interrumpiera la inclinación metafísica, podrían elaborar una tesis ontológica digna de pintarse. A veces las oigo cantar boleros, luego, me lavo las manos.
 "Là où ça sent la merde ça sent l'être", susurra el muerto de Artaud y yo, que hoy que el pavimento está verde, sólo recibo muertos y moscas, lo escucho. El ser, el ser que llora y defeca, que construye obras de arte con sus lágrimas y su mierda y las moscas, críticas agudas, que sabrían darnos significados que los metafísicos no entienden. Viene otro muerto, como un círculo concentrico; la marica de Genet . Y me narra la belleza curva de lo sórdido, la trascendencia de lo siniestro y me habla de Stiliano y de su mano cortada y su culo fuerte y redondo que nunca se abrirá para él. Lo oigo llorar como Ulises escuchó a Aquiles, que sólo entendió la belleza una vez muerto.
En la Sorbona, me acuerdo, las moscas se detenían sobre la tiza.
Y yo que hoy me pararía a charlar con ellas, si no estuviera ya parado y que les arrancaría las alas si no fuera porque tengo que lavarme las manos y que las invitaría a pasearse por mi vientre si no estuviera ya el pavimento verde.