domingo, 2 de enero de 2011

La obra: "el cajón animado"




"El cajón animado"
160 x 160 x12 cmts
1999
Prop. Fundación Vilacasas


Noventa y nueve. Sangro, al despertar, por la nariz. Quizá el pensamiento, "los genitales del mundo" como lo llamaba Bernhard, tenga estas cosas. No me pasa nada, es sólo que mi pensamiento tiene la regla. Me introduzco dos pequeños tapones de papel en la nariz (un útero duplicado)
Quizá las jaquecas son porque algo ha germinado en mi pensamiento, quizá sólo sea eso, y todo vaya bien. A Zeus le pasó; le dolía mucho la cabeza, ¿sabes?, y cuando se la abrieron de un hachazo salió de su cerebro Atenea.
A lo mejor no es nada de esto, y es que por estar tanto tiempo solo he aprendido el alquímico arte del hermafrodismo. Soy una flor sin visitas. Me he preñado, en un acto de solipsismo cerrado, de mí mismo. Un poco contemplativo resulta. Egotista. A Narciso se lo comieron los camarones. Quizá es sólo eso, y los eremitas que hemos perdido el desierto, nos hartamos, malgré nous, de polvos ensimismados. Y eso que procuro hechar todo fuera, como los onanistas flacos, y entregar todas mis semillitas a las golosas abejas. Resulta embarazoso.
Quizá sólo sea eso; la soledad. Pero creo, mi querida esposa, que sobre la traquea y por debajo del cielo, tengo un cajón animado.


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