Otoño 2014
Pienso, hijo mío, al menos eso pienso, que si los pitagóricos sostenían
que no podíamos oír la música del universo por estar acostumbrados a
ella, fue Beckett el que sostuvo, creyendo ver a lo lejos a Godot, que
"el aire está lleno de nuestros gritos, pero la costumbre ensordece".
Si ves que te estás acostumbrando, hijo mío, prueba a soplarte el oído.