Perdido ya el fundamento metafísico de "duplicidad de los real"
(Rosset) que redactaba la "vana esperanza" prometéica de un sentido
absoluto, es de agradecer a "El Mundo" su esfuerzo semanal por
reintegrarla y sacarnos de la ciénaga nihilista (sin Dios, ni razón,
pero con pasta) con su suplemento "Fuera de serie".
Para mostrar al mundano, al que solo le resta la inmundicia
de la mundanidad, que un mundo duplicado hacia arriba existe, se
detiene en una crónica sobre una finca de caza en Ciudad Real en la que a
partir de 40.000 euros los tocados por la gracia puede matar perdices
(y comérselas y ser más felices), en el que abundan lacayos con guantes
(para no manchar con sus manos carnales la inmaculada piel de los que
tiran al cielo) y pista de aterrizaje (para que se posen sobre el
paraíso los ángelitos) A solo dos horas de Madrid (pero hacia arriba) si
llega usted, miserable, en coche (más rápido si le sube un querubín) y
atraviesa, lástima que no lo filmara la Riefenstahl, "hectáreas de
olivos centanarios perfectamente alineados, viñas geométricas y tierras
que se pierden, alomadas, en el infinito...y el asombro que producen
unas cien antorchas encendidas que enfilan el camino hasta la casa"
(SIC) . La señorita redactora, que como las antiguas monjas visionarias
ha podido saborear el lugar, inicia el relato imposible de su metafísica
experiencia con esta reflexión estética (no os esforcéis en participar
de ellas, miserables míos, pues no son palabras para vosotros): [...]
"Hay un canon que hace distinguible lo que es bello de lo que no y un
intangible capaz de aumentar lo bello que por sí solo puede ser
hierático: el atractivo. La cualidad que suma exponencialmente y
arrebata...El atractivo es a la belleza como el estilo de vida al lujo.
Hoy lujo no es solo poseer cosas que muy pocos pueden tener, sino la
sensación que se experimenta, a través de ellas, de pertenecer a la
élite." [...]
La voz del éxtasis, el "instante", de la llama que te
atraviesa, del heraclitiano "el rayo lo gobierna todo" y la experiencia
de un "estilo de vida" rodeado de vírgenes (y no vuestra experiencia,
cerditos mundanos, que solo conocéis las vírgenes antes de que sean
vírgenes)
Prosigue, sor Hildegarda del Tiro al Pichón,
presentándonos a los patronos del cielo [...] "jóvenes, altos, rubios,
ricos y felices" [...] y yo, de puro éxtasis, desmayo.
Es al
despertar, cuando descubro la esencia del mensaje; en el artículo
siguiente, otro abducido por los de Raticulín (pronúnciese en británico)
relata la experiencia de una barca ("boat") que cuesta 900.000 euros,
surgida directamente "De la visión de un grupo impersonal de
embarcaciones" (SIC) en las tardes de hastio que un visionario sueco
pasa en en la rivera francesa. Ese impacto estético, le produce al
sueco, según el límpido redactor, un impacto indescriptible; "se
atragantó al ver tantos barcos similares..." (supongo que al querer
darle un masaje cardiaco y arrimarle el desfibrilador, instrumentos de
mortales sin sentido y baratos, el sueco balbuceó, en sueco, algo así
como, que no, coño, que no es el corazón, que es mi exquisita
sensibilidad zaherida al ver el "grupo impersonal de embarcaciones")
Y es ahí, Dios mío, cuando descubro que yo, mi familia, mi prole y
todos mis muertos, solo somos "un grupo impersonal de embarcaciones" (lo
único de toda la hoja parroquial del Domingo que no tiene precio) y que
estoy siendo una existencia submetafísica, una existencia "en serie" y
que solo soy capaz de reirme con Valérie, toser (¡ay el joio tabaco!),
revisar mentalmente el montante de mi descubierto y mearme en semejante
tratado sublime de metafísica post nihilista.
Sé, queridos míos,
porque pertenezco a la misma estirpe que vosotros, que no entenderéis la
trascendencia que transmite el mensaje de la buena nueva del suplemento
dominical, que como solo sois tinieblas no participaréis de su luz ("Y
la luz brilló en las tinieblas, pero las tinieblas no la comprendieron"
S. Juan), que los que os creéis más listos pensaréis que solo es intento
del neocapitalismo por birlaros y distraeros de vuestra repugnante
existencia, hecha de lodo y de reptar, pero la realidad es que ni con
"la euforia en la infelicidad" (Marcuse) os podréis compensar (el
altavoz Goldmund Apologue cuesta 500.000 euros y eso que es pasivo y
solo tiene, como mi parienta, tres vías, y el reloj Piaget Altiplano
Double Jeu, 277.000...y eso porque los chinos de la China están haciendo
mucho daño reventando precios)
Pero, anda y joderos, mundanos del
no mundo, que no os veis ni la polla (perdón, el pene), mientras ellos
son capaces de llegar en barca a Ciudad Real.